identidad visual

The Fitzgerald

Romper moldes nunca tuvo tan buen sabor

La innovación siempre ha sido el motor del cambio. Durante la Segunda Revolución Industrial, el packaging comenzó a ser un factor clave para diferenciar productos y contar historias. Fue en ese contexto donde empresarios visionarios, como William Lever, decidieron dar un giro radical a lo convencional, creando envases que no solo protegían el producto, sino que lo convertían en un símbolo de identidad y relevancia.

Siguiendo esa misma filosofía, The Fitzgerald, una hamburguesería con ADN rompedor y una personalidad única, lanzó un concurso de diseño para su nuevo packaging. El reto era claro: un diseño en blanco y negro que reflejara su esencia irreverente, impactante y siempre en constante evolución. Aceptamos el desafío con un objetivo: crear un envase que no solo contuviera su producto, sino que hablara de la marca, de su atrevimiento y su capacidad de innovar sin miedo.

Nuestra propuesta bebió de la historia del packaging para reinventarlo, logrando un diseño con fuerza visual y un carácter atemporal. Cada línea, cada composición y cada espacio en blanco fueron pensados estratégicamente para transmitir la esencia de The Fitzgerald: ser rompedor, relevante y siempre en busca de la mejor versión. Un packaging que no solo cumple su función, sino que provoca, impacta y deja huella.

Aunque nuestro diseño no fue el elegido, formar parte de los finalistas en un concurso que premia la innovación es prueba de que estamos en el camino correcto: crear soluciones de diseño que cuenten historias, desafíen lo establecido y aporten valor real.

Porque en The Fitzgerald,
hasta el packaging
se atreve a ser diferente.

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